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Christine:
Stephen King y John Carpenter nos muestran una nueva relación “hombre-máquina.”
Ya hablamos de un gran escritor del género del horror: H. P. Lovecraft, pero no es el único, existen otros notables más contemporáneos y uno de éstos es sin duda Stephen King y sus relatos nos han transportado a diversas situaciones y escenarios, todos con entidades sobrenaturales y monstruos que son capaces de robarnos el sueño o sorprendernos. Una de estas es la aterradora Christine. ¿Pero de qué trata? Es la historia de un cadillac rojo muy especial, ya que está vivo y tiene actitudes muy femeninas. ¿Cómo se manifiestan? Una vez que una persona toma posesión del automóvil, este se encarga de hacer a un lado (ya sea asustándolos o de plano eliminándolos) a todas aquellas personas que siente como una competencia a la atención del dueño. El relato nos cuenta que un joven aficionado a los autos y experto en mecánica le toca ser el poseedor de tal coche y vemos sus cambios que se observan desde la actitud, personalidad y ciertas conductas. Por cierto, ¿mencioné que tiene la habilidad de reconstruirse sola?
La adaptación a las pantallas se le encargó al señor John Carpenter (sí, ese señor que se encargó de traernos Halloween) y vaya que cumplió con el encargo de manera magistral ya que muestra, cinematográficamente hablando, esas mismas emociones y sentimientos que el texto original buscaba transmitir al espectador. Uno de sus puntos fuertes es la evolución que los protagonistas muestran a lo largo de la trama, esto se da de manera magistral. También deja muy claro el concepto el ambiente en el que se desenvuelven los personajes y las reacciones que los amigos del más reciente poseedor de Christine tienen al descubrir la oscura verdad detrás de aquél cadillac. Quizá... Bueno, este comentario es más a título personal, siento que lo que le hace falta a esta película es una pequeña explicación de donde viene este ser, ya saben, si se trata de algún asesino que transfiere su alma a un carro, un demonio antiguo que posee esta pieza de maquinaria o qué es lo que da vida a esta máquina. |
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Y, como reza el subtítulo, aquí vemos la relación... Corrijo, un romance entre un hombre y y su automóvil. Así es, romance, la única diferencia es que decidieron hacerla película de horror en lugar de hacer una historia tipo Ghost, Titanic y cualquier otra trama ultra melosa. Por supuesto, también optaron por quitar todos esos elementos cliché para demostrar amor y cariño como besos, abrazos, poesía y demás, si acaso sólo dejaron las palabras cariñosas que Christine recibe de su dueño. Y para los calenturientos que ven las películas de terror o Slashers por la clásica escena de sexo aquí no hay y mucho menos usaron el recurso de que el protagonista se ponga a darle amor a su vehículo, pero sin duda, los que pongan atención entenderán que es una historia de amor ambientada en un ambiente de terror.
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Mi veredicto final:
Christine es una de esas adaptaciones de las obras del señor Stephen King, ya que no han sido muy buena. Puedo decir que esta es una de las mejores, quizá por lo sencillo que resulta trasladar la historia de amor de un adolescente y su primer coche, una relación de obsesión y que tiene como consecuencia la pérdida de vidas humanas y la decadencia... Casi como sucede como en las malas elecciones de pareja entre humanos sólo que aquí el patán es un cadillac rojo, sobrenaturalmente poseído, que se mueve solo, se regenera y no le gusta la competencia de ningún tipo (sea de hombre, mujer o quimera... Ya saben; por estos tiempos modernos y de apertura) y tiene una manera muy especial de “despacharla”, vamos, como el patán pero en máquina sobrenatural.
Si ustedes pensaban que Transformers fue la primera franquicia en mostrar esta idea de como los humanos y las máquinas tenían un vínculo, se equivocan, Stephen King, también lo hizo y de una manera más que magistral. ALTAMENTE RECOMENDABLE, sobre todo si eres fan del escritor y quieres encontrar una buena película basada en sus novelas, a esta le debes hincar el diente y... Si eres un baboso o babosa que no entiende el daño de las relaciones destructivas, ¡VELA POR EL AMOR DE DIOS!, digo, si entiendes lo que una máquina celosa es capaz de hacer, imagínate lo que una persona celosa y obsesiva puede hacerle a tu existencia. |