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Dagon, el terror que mora en los océanos profundos
Bryan Yuzna vuelve a adaptar una obra de Lovecraft
Bryan Yuzna vuelve a tener el encargo de adaptar uno de los antiguos textos del gran Howard Phillip Lovecrat, si bien ya había tenido la tarea de traernos Re-Animator con unos resultados excelentes, el ilustre cineasta nos vuelve a dejar con un gran sabor de boca. El antiguo relato nos narra la historia de un navegante que había escapado de sus captores durante la Gran Guerra montado en una pequeña barca. De pronto, el terreno cambia y le parece como si el suelo marino hubiese emergido y todo su contenido estaba frente a él. Conforme pasan los días y va avanzando descubre unos vestigios de criaturas submarinas con rasgos humanos y de pez muy raras, pero eso no es lo que derrumbó su cordura ni mucho menos le hizo maldecir haber visto todo lo anterior... El descubrir a un ser monumental como un pulpo con brazos, garras y que parecía tener control sobre todo lo que vivía en las profundidades fue lo que lo acabó y lo hizo ser un adicto de la morfina. Tiempo después descubriría que ese monstruo era conocido como Dagon por los antiguos mesopotámicos y que era perseguido por quienes le rendían culto, decidido a no dejar que lo atrapen se avienta por la ventana y acaba con su vida. La narración es en primera persona y en forma de un diario con la perspectiva de este navegante.
Por motivos más que obvios, el señor Yuzna optó por no seguir al pie de la letra el material original y decidió crear una historia un poco diferente sobre un joven empresario y su novia quienes decidieron irse de viaje en el yate de unos amigos para festejar el éxito de su empresa. El problema es que el protagonista tiene unas extrañas pesadillas en las que se encuentra nadando (más bien buceando) en las profundidades del océano y se encuentra con una bella chica desnuda que lo acompaña y al acercarse a ella le muestra unos afilados colmillos provenientes de su boca. Ellos se encuentran en aguas españolas y, debido al mal clima y problemas técnicos se quedan varados en un extraño pueblo pesquero llamado Invoga, ahí todos los moradores tienen una pinta y actitudes extrañas, además de un siniestro culto a un dios llamado Dagon. ¿Que relación tiene con el protagonista?, ¿será casualidad o los designios de esta divinidad?
Hay que decir que se trata de una coproducción Española y Norteamericana por lo que el reparto tiene actores de ambas nacionalidades, destacando la participación de Jeffrey Combs, sí, ese mismo que interpretó a Herbert West en Re-Animator tiene el papel protagónico en este filme demostrándonos que cuando se trata de dar vida a personajes fríos, inteligentes, prácticos y que conservan el control de sus emociones, este histrión es el indicado para el trabajo. Quizá aquí no sea tan metódico como el aspirante a doctor pero sí nos muestra las características que mencioné anteriormente. Otro detalle que destaca mucho es el trabajo llevado a cabo para mostrarnos a esas criaturas “humano-pez” que los habitantes de aquella aldea pesquera donde se desarrolla la historia se han convertido. El detalle en el maquillaje, proféticos y todos los elementos para caracterizar a tales criaturas es memorable... Salvo en el momento en que finalmente se muestra a Dagon en pantalla ya que es por un momento y no con mucho detalle pero es entendible ya que en una época en la que los efectos especiales no estaban tan avanzados como hasta ahora hace muy difícil mostrar un ser con la descripción de éste de manera satisfactoria.
Por motivos más que obvios, el señor Yuzna optó por no seguir al pie de la letra el material original y decidió crear una historia un poco diferente sobre un joven empresario y su novia quienes decidieron irse de viaje en el yate de unos amigos para festejar el éxito de su empresa. El problema es que el protagonista tiene unas extrañas pesadillas en las que se encuentra nadando (más bien buceando) en las profundidades del océano y se encuentra con una bella chica desnuda que lo acompaña y al acercarse a ella le muestra unos afilados colmillos provenientes de su boca. Ellos se encuentran en aguas españolas y, debido al mal clima y problemas técnicos se quedan varados en un extraño pueblo pesquero llamado Invoga, ahí todos los moradores tienen una pinta y actitudes extrañas, además de un siniestro culto a un dios llamado Dagon. ¿Que relación tiene con el protagonista?, ¿será casualidad o los designios de esta divinidad?
Hay que decir que se trata de una coproducción Española y Norteamericana por lo que el reparto tiene actores de ambas nacionalidades, destacando la participación de Jeffrey Combs, sí, ese mismo que interpretó a Herbert West en Re-Animator tiene el papel protagónico en este filme demostrándonos que cuando se trata de dar vida a personajes fríos, inteligentes, prácticos y que conservan el control de sus emociones, este histrión es el indicado para el trabajo. Quizá aquí no sea tan metódico como el aspirante a doctor pero sí nos muestra las características que mencioné anteriormente. Otro detalle que destaca mucho es el trabajo llevado a cabo para mostrarnos a esas criaturas “humano-pez” que los habitantes de aquella aldea pesquera donde se desarrolla la historia se han convertido. El detalle en el maquillaje, proféticos y todos los elementos para caracterizar a tales criaturas es memorable... Salvo en el momento en que finalmente se muestra a Dagon en pantalla ya que es por un momento y no con mucho detalle pero es entendible ya que en una época en la que los efectos especiales no estaban tan avanzados como hasta ahora hace muy difícil mostrar un ser con la descripción de éste de manera satisfactoria.
Mi veredicto final
ALTAMENTE RECOMENDABLE, más si te gustan las historias fantásticas de terror y que además te muestren grandes efectos, misterio y que te tengan esperando para descubrir la trama verdadera del filme. Dagon sale muy bien librada en ese aspecto y, además, tiene ese distintivo especial que solamente Bryan Yuzna sabe imprimirle a sus trabajos. Sobre todo si pones atención a la primera parte de la reseña, donde hablo del material original, es decir, el libro de Lovecraft. Sólo un buen cineasta sabe distinguir el modo correcto de hacer una adaptación y eso sólo se logra conociendo las características de tu medio, es decir, lo que puede y no se puede hacer en él, lo que lo vuelve atractivo y lo que desmerece.