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Una historia de dos hermanos que desafiaron las leyes de la alquimia:
Las historias profundas y sumamente entramadas no son extrañas en el mundo de la animación y cómic japoneses, de hecho, parece ser un canon que muchos artistas de éstas disciplinas siguen a la hora de construir sus historias. Como hizo Hiromu Arakawa en su historia Fullmetal Alchemist, la cual fue publicada por la editorial Square-Enix (sí, el mismo nombre de aquella famosa compañía de videojuegos que se encarga de los Final Fantasy y Dragon Quest) y está ambientada en un mundo steampunk, es decir, que está ambientado poco después de la Revolución Industrial.
Nos narra la historia de los hermanos Elric, Edward y Alphonse (Ed y Al para los cuates), el primero se le conoce también como El Alquimista de Acero, aunque, debido a su estatura pequeña y al hecho de que su hermano tiene el cuerpo de una armadura de acero es confundido. ¿Pero cuál es el motivo por el que Alphonse es una armadura de acero y Edward tiene un brazo y una pierna del mismo material? Resulta que los pequeños vivieron una infancia feliz con su madre Trisha y su padre, de quien no sabemos su nombre hasta mucho más adelante (Van Hoenheim), este hombre se marcha cuando sus hijos son aun muy niños y su mamá muere a causa de una enfermedad lo que los deja huérfanos y solos. Resulta que estos infantes tuvieron acceso al material de su papá, quien era un poderoso alquimista y leyendo sus documentos leen y aprenden sobre la Transmutación Humana, una técnica que está prohibida pero, dadas las circunstancias, ellos no les importa y deciden traer de vuelta a su progenitora, por desgracia, el procedimiento termina muy mal desintegrando por completo el cuerpo del pequeño Alphonse y haciendo lo mismo con la pierna de Edward, desesperado ante la posibilidad de perder a su hermanito, el chico ofrece su otro brazo a cambio de no perder el alma de su único familiar, acto seguido usa su habilidad alquímica para fijarla a una armadura de acero. Los chicos queman su antigua casa y deciden someterse a un fuerte entrenamiento en las artes alquímicas para descubrir por qué habían fallado y si existía alguna posibilidad de recuperar sus antiguos cuerpos. Todo ese esfuerzo ve frutos en Edward, quien se convierte en Alquimista Estatal y se gana su apodo, Alquimista de Acero, por otro lado, Alphonse tiene habilidades en esa disciplina nada despreciables. |
Durante su travesía e investigación van descubriendo una serie de anomalías y un grupo de seres llamados Homúnculos, que son seres humanos artificiales creados a través de la alquimia. También descubren que la antigua leyenda de La Piedra Filosofal es más que un cuento y que puede ser creada pero pagando un alto precio. Además de que existía una conspiración dentro de los Alquimistas Estatales, quienes también habían tratado de crear el legendario objeto e incluso, descubren a su padre y lo que realmente es... Un ser inmortal que no puede morir y que obtuvo esa condición al ayudar a un ser conocido como El Padre.
Aunque, el hecho de presentar una historia entramada, no necesariamente lo hace buena. Pero, Fullmetal Alchemist tiene algo que la hace grande, es el desarrollo emocional que muestran todos y cada uno de los personajes quienes tratan de mostrar algo sencillo, pero muy poderoso: el ser humano, aunque imperfecto, es capaz de hacer cosas maravillosas. Lo anterior puede ser logrado por sus protagonistas o cualquiera de los personajes de apoyo, héroes o villanos. Dándonos a los espectadores emociones diversas como risas, ansiedad, tristeza e incluso una gran identificación con cualquiera de los que integran este drama animado. No es Dragon Ball pero vaya que cuenta con combates memorables que marcan momentos especiales en quienes la ven. Por supuesto, el apartado musical es magistral porque nos transporta perfectamente a este mundo en el que la magia de la alquimia es presente y puede hacer casi cualquier cosa, pero, como se muestra claramente a lo largo de la historia, no es la única forma de resolver todos los problemas. Una recomendación a toda prueba, es más pongo las manos al fuego cuando recomiendo que la veas. No importa que seas conocedor o no, te hará pasar muy buenos momentos, como sólo esas historias memorables saben hacerlo, dejando su precioso mensaje. |